En la actualidad, son muchas las personas que se preguntan cómo tener una vida saludable psicológicamente, gracias a la relación de este concepto con el de calidad de vida. Aunque es una preocupación común, lo cierto es que muchos desconocen cómo lograrlo; y mucho menos conocen los hábitos saludables para la salud mental.
Dicho esto, los hábitos para nuestra salud psicológica se relacionan estrechamente con nuestro estilo de vida; por lo que, si están interesados en alcanzar una vida saludable psicológicamente, continúen leyendo para saber de qué trata este concepto, su importancia y algunos ejemplos de hábitos psicológicos que podrán aplicar. ¡Continúen con nosotros!
¿Qué se entiende por vida saludable psicológicamente?
Se trata de un concepto que hace referencia a esos hábitos, comportamientos y actitudes que acostumbramos realizar a diario o con cierta frecuencia; y que nos mantienen dentro de un estado completo de bienestar mental, incluyendo el físico y el social.
Dentro de este concepto se agregan ciertos factores que, aunque no parezcan relevantes, impactan considerablemente en nuestra salud mental. Un ejemplo de ello es la alimentación, el ejercicio físico y la higiene personal.
Ahora bien, la calidad de vida está muy relacionada con el estilo de vida saludable, ya que permite que nos sintamos satisfechos en varios campos de nuestro existir. Asimismo, si no contamos con buenos hábitos para nuestra salud psicológica, terminamos atentando contra nuestro bienestar general.
¿Cuál es la importancia de la vida saludable psicológicamente?
En primer lugar, el bienestar mental es una parte vital para cualquier persona, ya que permite un desarrollo personal óptimo. En segundo lugar, el bienestar mental afecta otras áreas de nuestra vida: social, profesional, familiar, emocional, laboral, amoroso y mucho más.
Si esto no es suficiente como razones de gran peso, es importante destacar que las personas que se encuentran afectadas por factores externos, tienen mayores posibilidades de experimentar un desequilibrio mental, lo que los lleva a padecer psicopatologías graves y a experimentar problemas para gestionar sus emociones.
Dicho esto, podemos mencionar varios beneficios de mantener un estilo de vida relacionado a los hábitos saludables para la salud mental. Por ejemplo:
- Organización y orden en todos los aspectos.
- Equilibrio emocional y expresión de sentimientos.
- Prevención del estrés y asimilación de actividades exigentes.
- Autoestima y autocuidado en niveles óptimos.
- Prevención de dependencia emocional.
- Autonomía, satisfacción y bienestar general.
En resumen, las rutinas y los hábitos saludables para la salud mental que logramos adoptar no solo nos permiten disfrutar de una mente plena, tranquila y en paz, también impulsan positivamente nuestro desarrollo en otros ámbitos importantes de la vida. Y por si fuera poco, se trata de costumbres que se relacionan entre sí, aumentado el bienestar general.
¿Cómo tener una vida saludable psicológicamente hablando?
La respuesta a esta inquietud es más sencilla de lo que se cree: a través de la adopción y aplicación de hábitos para nuestra salud psicológica. Pero, ¿a qué nos referimos exactamente? Simplemente, a esas cosas que hacemos a diario, que nos permiten sentirnos bien con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Veamos algunos ejemplos de hábitos psicológicos que podemos adoptar progresivamente, teniendo en cuenta todos los aspectos de nuestra vida: mental, físico, social y personal.
Descansa lo que el cuerpo necesita
Se sabe que el descanso y el buen dormir son factores de protección para la salud mental, por lo que es uno de los hábitos más importantes. El no dormir de manera profunda, el insomnio y las pesadillas nos mantienen un un estado de vigilia que poco a poco disminuye nuestra capacidad mental. De esta manera, al despertar nos sentiremos mucho más cansados que cuando nos fuimos a dormir.
Ahora bien, para evitar este exceso de cansancio es importante que tengamos un descanso completo y óptimo. Para ello, es necesario considerar cuántas horas de sueño necesita nuestro organismo para sentirse plenamente descansado; teniendo en cuenta también las horas en las que nos sentimos más activos y los factores externos que puedan interrumpir nuestro sueño.
Aliméntate de forma correcta y balanceada
La escacez de nutrientes, vitaminas y minerales no solo nos afecta en el aspecto físico, también afecta nuestras capacidades cognitivas. Lo mismo sucede cuando comemos a deshora, en cantidades inadecuadas, con una dieta desbalanceada y sin ningún tipo de control.
Para solucionar este problema, lo primero es ponernos una rutina diaria de comidas y ser estrictos con el tipo de alimentos que compramos. Es importante también que la dieta cumpla con todos los requerimientos, incorporando alimentos de todos los tipos y controlando las porciones. Lo ideal es que sacien, no que quedemos con hambre o que comamos en exceso.
Aumenta la capacidad y actividad mental
Nuestro cerebro funciona como el motor de todo nuestro organismo, por lo que también disfruta de momentos de descanso y trabajo mínimo. Sin embargo, dejar que nuestro cerebro se encuentre en forma pasiva por mucho tiempo es perjudicial, ya que esto disminuye nuestra capacidad mental al momento de realizar actividades exigentes.
Una forma de evitarlo es manteniendo a nuestro cerebro en trabajo activo, con actividades demandantes que lo mantengan pensando constantemente, pero sin abusar. Para ello no es necesario encontrar actividades que nos desgasten; particularmente, el ajedrez, la lectura, los puzzles, los crucigramas y otros ejemplos, son suficientes para lograr el objetivo.
Plantéate objetivos y trabaja en ellos
El hábito de ponernos objetivos y alcanzarlos es muy positivo por dos razones: nos permite establecer una rutina que nos ayude a resolver las cosas al momento, sin dejar pendientes “para después”, lo que nos libra de trabajar bajo presión en el último momento; y nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos cuando vemos que nuestro esfuerzo está dando resultados.
Por si fuera poco, los objetivos nos ayudan a organizar las tareas del día de una forma óptima, por lo que podemos ir olvidándonos de la distracción que generan los pendientes. Eso sí, los objetivos deben ser realistas, o estaríamos exigiéndonos sin sentido.
Expresa tus emociones y se asertivo
Como especificamos anteriormente, el ámbito social también es parte fundamental al momento de adoptar hábitos saludables para la salud mental. Dicho esto, el poder decir lo que pensamos de forma asertiva y expresar nuestras emociones y sentimientos nos permitirá sentirnos desahogados, y evitará que acumulemos cosas que se quedarán rumiando en el subconsciente.
En este sentido, también se incluye la capacidad para saber decir que no, sobre todo cuando no queramos o no podamos realizar alguna actividad que se nos solicite. Cuando somos certeros y nos cuidamos a nosotros mismos, evitamos cualquier tipo de agobio extra e innecesario.
Haz ejercicio físico o practica un deporte
Aunque parezca cliché, la frase “mente sana en cuerpo sano” es muy realista. Mientras más saludable nos sintamos a nivel físico, mayor bienestar mental tendremos y, para lograrlo, necesitamos mantener a nuestro cuerpo haciendo alguna actividad física que nos guste. Ya sea un deporte o una sesión de ejercicios que realicemos de forma periódica.
Además de esto, es importante que no caigamos en el sedentarismo y la falta de movimiento. El ejercicio nos ayuda a aumentar al buen humor y nos permite tener una figura más esbelta, así como mayor resistencia, lo que beneficia a nuestra autoestima y autocuidado.
Desconéctate del exceso de información
Saturar nuestra mente de información y permanecer constantemente conectados a las fuentes de información no siempre trae beneficios, y puede hacer que nos sintamos agobiados y bloqueados mentalmente en un espacio muy corto de tiempo. Si nuestra salud mental colapsa, todo nuestro organismo lo seguirá y perderemos el control.
Para evitar que esto sucede, debemos simplemente hacer cosas que nos relajen y nos ayuden a despejar la mente. Tomar un baño caliente, escuchar música, ver una serie, tomar una siesta, etc. Cualquiera de estas ideas nos ayudará a que nuestra mente se desintoxique de toda la información que absorbemos de forma activa y pasiva.
Conéctate con la naturaleza y tu entorno
Si tenemos un lugar en el que nos sintamos plenos y libres, como el campo, la playa, el bosque, etc., debemos aprovechar los beneficios que la conexión con la naturaleza ofrece. Vivir en la ciudad es estresante, sobre todo por los estímulos externos incesantes.
Dicho esto, dar un paseo por la naturaleza, en un lugar tranquilo y silencioso, nos permite estar en calma y encontrar la paz que, muchas veces, las responsabilidades y el ajetreo nos quitan. Además, nos ayudará a tomar aire fresco y a sentir el calor del sol y el frescor de la brisa.
Establece buenas relaciones sociales
Como dijimos, también el aspecto familiar, laboral e incluso amoroso, afectan considerablemente a nuestra salud mental. Por lo tanto, debemos cultivar relaciones enriquecedoras y construir buenos lazos que perduren con el tiempo. Al final, no hay nada mejor que sentirse acompañado, comprendido y amado por personas a quienes valoramos.
Para ello, es necesario que no permitamos que el descuido se apodere de nuestras relaciones y que trabajemos en siempre estar presentes para cuando esas personas nos necesiten, creando una red de apoyo que será beneficiosa para ambas partes. Y aunque estemos muy ocupados, debemos dedicarle un par de horas o días a aquellos a quienes no tenemos cerca.
Trabaja en tu amor propio
De todos los hábitos para nuestra salud psicológica, el amor propio y el autocuidado podría ser el más importante y, a su vez, el más olvidado. Estar y sentirnos bien con nosotros mismos implica una serie de cuidados que requieren tiempo y trabajo; no se trata solo de tomar una ducha caliente o comer una comida deliciosa de vez en cuando.
Este hábito debe ser parte fundamental de nuestro día a día, y debemos tenerlo en mente como la costumbre de cepillarnos los dientes al despertar. Esto implica cuidar de nosotros mismos, de nuestro espacio de trabajo, de nuestra vida entera, eliminando las fuentes que se vuelvan un problema a futuro.
Con estos 10 ejemplos de hábitos psicológicos no solo entenderemos y aprenderemos cómo tener una vida saludable psicológicamente, también accederemos a un bienestar inimaginable. Debido a esto, es importante que logremos adaptarlos a nuestra rutina y que los hagamos parte de nosotros en la medida de lo posible.
No es necesario practicarlos todos a la vez, pero tampoco debemos evitar cuidar de nosotros mismos. ¿Te gustaría hacer un cambio positivo y relevante por tu salud mental?