Los diferentes tipos de trastornos del sueño pueden afectar a cualquier persona y en cualquier rango de edad, impidiendo que un proceso biológico imprescindible y natural como dormir se vea interrumpido con frecuencia. Para entender un poco más sobre este tema, hoy hablaremos sobre qué son los trastornos del sueño y sus causas más comunes.
Asimismo, hablaremos de cuáles son los trastornos del sueño más frecuentes, sus síntomas, su diagnóstico y su tratamiento. ¿Quieren saber más al respecto? ¡Continúen leyendo!
¿Qué son los trastornos del sueño y qué los causa?
Básicamente, los trastornos del sueño no son más que alteraciones psicológicas que se presentan al momento de dormir y que afectan nuestras horas de sueño y de descanso reparador, entorpeciendo la calidad de vida. Por lo general, estos trastornos derivan en otros problemas con consecuencias físicas y mentales. Se sabe que tener un pésimo descanso nos hace sufrir un desgaste cognitivo grave.
Ahora bien, estos trastornos tienen diversas causas entre influencias internas y externas, por lo que las personas que lo padecen comienzan a tener dificultades a la hora de dormir. Por consiguiente, sus niveles de energía son más bajos que de costumbre, experimentan cambios de ánimo repentinos y su capacidad de concentración disminuye.
Dicho esto, ¿cuáles son las causas de estos trastornos? Comúnmente, la falta de descanso puede estar relacionado a causas muy personales; sin embargo, existen 5 causas que se consideran como las más frecuentes y generales. Estas son:
1. Problemas respiratorios
Las infecciones respiratorias, así como los resfriados y las alergias suelen complicar la respiración durante el sueño, derivando en dificultades para respirar por la nariz.
2. Nocturia
También conocido como micción frecuente o la necesidad de orinar con mayor frecuencia; suele ser causada por desequilibrios hormonales o infecciones urinarias.
3. Problemas físicos crónicos
Dolores constantes y enfermedades físicas, como la artritis, el lumbago, las migrañas, el colon irritable y otros problemas similares.
4. Ansiedad y estrés
Normalmente, sufrir de estrés y por ansiedad de forma constante afecta negativamente en todos los aspectos de nuestra vida, y la calidad del sueño nos escapa de ello.
5. Depresión
Se trata de una de las causas más complejas, ya que la depresión genera una falta de sueño y viceversa.
Estas son causas a nivel interno y suelen ser personales, por lo que los trastornos de sueño se pueden experimentar de distintas formas. Dentro de los factores externos, están la iluminación, el ruido y otros estímulos.
Ahora bien, ahora que sabemos qué son los trastornos del sueño y por qué se presentan, veamos los tipos.
¿Cuáles son los trastornos del sueño y cómo se identifican?
Los diferentes tipos de trastornos del sueño que explicaremos a continuación poseen sus propios síntomas y características. Estos se presentan de diferentes formas, veamos:
1. Insomnio
De una forma muy básica, el concepto de insomnio se explica como la dificultad para conciliar el sueño de forma natural, aunque se esté muy cansado. Lo usual es que una persona descanse entre 7 y 9 horas para estar en un estado físico y mental óptimo; sin embargo, el insomnio mantiene a la persona despierta durante la noche, reduciendo las horas de sueño.
Este trastorno se divide en 3 subtipos:
- Crónico: Cuando sucede varias veces en un mismo mes.
- Intermitente: Cuando se presenta de forma periódica en varios meses.
- Transitorio: Cuando ocurre por un par de noches y luego desaparece.
2. Narcolepsia
Se trata de una enfermedad neurológica causada por una anomalía cerebral. Esta conduce a episodios de sueño intenso que requieren de unos 2-5 minutos de descanso repentino, para luego despertar con la mente despejada y sin cansancio. Por lo general, las personas que lo sufren no pasan por el proceso de sueño normal, entran en la fase REM directamente.
Asimismo, la narcolepsia no sucede durante las horas normales de sueño, ocurre cuando la persona se encuentra dentro de sus horas de vigía; es decir, mientras está despierto y en cualquier momento: hablando, paseando, conduciendo, etc.
3. Apnea del sueño
Está muy relacionado a los ronquidos fuertes repentinos y se trata de un trastorno que produce pausas en la respiración durante las horas de sueño. Cuando esto sucede, la fase REM se interrumpe y la persona entra en una fase de sueño ligero, en el que la persona no descansa al 100%.
Dentro de los tipos de trastorno del sueño, este es el más complejo, ya que la persona que lo padece no se percata de la pérdida de aire y de sueño, solo un familiar que duerma cerca es quien podrá darse cuenta del problema. Además, sus consecuencias son muy graves, ya que la falta de aire frecuente en el cerebro puede derivar en daño neuronal o ataques cardíacos.
Actualmente, se han descubierto dos tipos de apnea del sueño:
- Obstructiva: Sucede cuando las vías respiratorias se obstruyen o estrechan, por lo que el flujo de aire se detiene.
- Central: Sucede cuando existe un problema físico entre el cerebro y los músculos que regulan la respiración.
4. Trastorno de las ondas lentas del sueño
Durante la fase 4 del sueño, la más profunda de todas, algunas personas presentan conductas que les impiden adaptarse a la misma. Un ejemplo de ello es el sonambulismo, los terrores nocturnos y la enuresis nocturna, conocida como “mojar la cama”.
5. Sonambulismo
Suele ser causado por abuso de alcohol, ansiedad, trastornos mentales o falta de sueño; y se trata de un episodio en el que la persona que lo padece se levanta de la cama y realiza acciones de forma común, pero mientras continúa durmiendo. Por lo general, caminan, toman cosas o hablan, y si no se les despierta, pueden volver a su cama o dormirse en otro lado.
Este trastorno puede derivar en otros problemas, como el trastorno de ingesta asociado al sueño (comer dormido) o accidentes graves.
6. Terrores nocturnos
Aunque se presenta con mayor frecuencia en los niños entre 3 y 7 años, existe evidencia de adultos que también lo han padecido. Básicamente, se trata de un episodio antes del sueño en el que la persona entra en un estado de shock, respira agitadamente, suda en mayores cantidades y se ve desorientado.
7. Trastorno del sueño REM
Se suele confundir con el sonambulismo; no obstante, se diferencia porque la persona representa sus sueños, algo inusual durante la fase REM. Dicho esto, la persona puede correr, caerse de la cama, entre otras acciones que conllevan a lesiones y accidentes.
8. Síndrome de piernas inquietas
Se considera como uno de los trastornos más difíciles de superar, ya que quien la padece tiene una necesidad muy abrumadora de mover las piernas constantemente, debido a una sensación de hormigueo en las mismas durante las horas de sueño. Esto es posible que suceda de día, pero suele ocurrir con mayor frecuencia en las noches.
Está relacionado a la hiperactividad, el Parkinson y el déficit de atención.
La manera más efectiva de evitar estos trastornos es hacerse consciente de los síntomas y dirigirse a un médico especialista. Pero, ¿cuáles son los síntomas más generales de los trastornos del sueño?
Los síntomas de los 8 trastornos difieren debido a sus características propias; no obstante, podemos observar otros síntomas que suelen estar generalizados y que todo aquél que padece un trastorno de sueño los presenta. Entre estos tenemos:
- Dificultad para permanecer dormido o para conciliar el sueño
- Fatiga extrema durante las horas del día.
- Necesidad de tomar una o varias siestas a lo largo del día.
- Experiencias inusuales durante el sueño.
- Modificación involuntaria de los horarios de sueño y de vigía.
- Limitaciones de energía y falta de concentración.
Como norma general, al menos 3 de estos síntomas se presentan a la vez y en conjunto con los síntomas propios de los tipos de trastorno de sueño antes descritos.
¿Cómo se tratan los trastornos del sueño?
En primer lugar, es necesario hacer un correcto diagnóstico, que dependerá directamente de las situaciones y síntomas descritos por nosotros. Para lograr el diagnóstico correcto, el especialista deberá realizar uno o los tres procesos:
- Exámenes físicos: Si no conocemos la causa, el especialista realizará una serie de exámenes que lo ayuden a determinar otros problemas asociados con el mal dormir. En algunos casos se incluyen análisis de sangre, tomografías, etc.
- Evaluación de hábitos: El especialista necesitará conocer nuestros hábitos de sueño, por lo que es muy probable que nos ofrezca llenar un cuestionario con preguntas relacionadas. De esta manera, el profesional podrá determinar los patrones de sueño y de vigía, así como el nivel de somnolencia en el día y otros síntomas. Por lo general, se nos pide que llevemos un diario de sueño durante un tiempo.
- Estudio del sueño: En algunos casos, los exámenes y la evaluación no son suficientes, por lo que se nos solicita que pasemos una o varias noches en un centro de sueño. En este centro se podrá monitorear el ritmo cardíaco, las ondas cerebrales, la respiración, los movimientos involuntarios y mucho más.
En segundo lugar, para saber cómo se tratan los trastornos del sueño es necesario conocer los distintos tratamientos, tanto los regulares como los alternos. Veamos cuáles son y cómo funcionan:
Terapia cognitiva conductual
El primer paso que debemos intentar es el de mejorar los hábitos de sueño a través de la terapia cognitiva. Se trata de una terapia que ayuda a mitigar los factores internos y externos que nos mantienen despiertos durante las horas de sueño. La parte cognitiva de la terapia nos permite conocer y cambiar las creencias que nos llevan al mal dormir; mientras que la parte conductual nos ayuda a desarrollar buenos hábitos de sueño.
Existen 5 estrategias que podemos aplicar, según la recomendación de nuestro médico. Estas son:
- Control de estímulos: Con esta estrategia se pueden eliminar aquellos factores que han condicionado a nuestra mente a resistirnos al sueño. Para usarla, es necesario establecer un horario para acostarnos y para despertarnos, usar la cama solo para dormir, evitar las siestas, y salir de la cama si no logramos dormirnos en al menos 20 minutos.
- Restricción de sueño: Se trata de una terapia en la que evitamos las siestas diurnas y nos privamos parcialmente del sueño, acumulando cansancio que nos permitirá dormir mejor en las noches. Gradualmente, pasaremos más tiempo durmiendo.
- Técnicas de relajación: Usando la relajación muscular, los ejercicios de respiración y la biorregulación se pueden disminuir los síntomas asociados al estrés y la ansiedad antes de acostarnos. Además, ayuda considerablemente a controlar la frecuencia cardíaca, el estado de ánimo, la respiración y la tensión.
- Fototerapia: Una forma de retrasar el reloj interno en las personas que suelen dormirse y despertarse muy temprano, es a través de la terapia de luz o de una lámpara de fototerapia.
- Terapia de la intención paradójica: También conocido como permanecer despierto de forma pasiva, se trata de una terapia en la que, en vez de esperar eternamente a quedarnos dormidos, nos mantengamos despiertos lo más posible. De esta manera, instruimos a nuestro cerebro para que haga lo contrario: nos dará sueño inevitablemente.
Aunque estas son las terapias cognitivas conductuales más comunes, el especialista nos puede recomendar otras. Asimismo, es importante recordar que estas terapias deben ser aplicadas y usadas con constancia, y que los resultados quizá no se vean hasta pasar un par de semanas.
Medicamentos con receta o de venta libre
No es muy recomendable depender de los somníferos por mucho tiempo, y solo usarlos para cuando no exista otra forma de conciliar el sueño. Dicho esto, el especialista recomendará estos medicamentos, pero deberá informarnos sobre los posibles efectos secundarios:
- Somnolencia diurna.
- Mareos.
- Deterioro cognitivo.
- Confusión.
- Dificultad para orinar.
- Aturdimiento.
- Adicción.
Es importante que, para entender cómo se tratan los trastornos del sueño, se tenga en cuenta que no debemos caer en otros problemas adyacentes.
Medicina alternativa
Si no estamos muy convencidos de soportar el uso de los somníferos, podemos optar por medicina alternativa que, aunque no tienen la misma potencia, son igual de efectivos a largo plazo. Entonces, podemos optar por usar Melatonina, Valeriana, Acupuntura, Yoga, Tai Chi o Meditación.
Así como es importante conocer cuáles son los trastornos del sueño más comunes, también es importante saber la mejor forma de evitar sus síntomas; ya sea a través de la terapia o de la medicina.
Normalmente, las personas que padecen de alguno de los trastornos descritos buscan un tratamiento eficaz que alivie los síntomas en poco tiempo; no obstante, cuando se trata de un problema a largo plazo, el alivio puede tardar en llegar. Lo ideal es que sigamos al pie de la letra el tratamiento establecido por el especialista y hablemos a tiempo sobre algún cambio, favorable o no. ¿Sufres de algún problema relacionado?