Aprender a aceptar un halago puede ser una tarea titánica, sobre todo cuando no sabemos cómo evitar la falsa modestia o quedar como prepotentes. Además, la falta se asertividad social puede jugarnos una mala pasada que complique aún más la situación. Por ello, hoy aprenderán cómo responder a los elogios sin sentirse como “bichos raros”. ¡Vamos a allá!
¿Cómo evitar la falsa modestia al recibir un elogio?
Antes de responder esta inquietud, entendamos primero las razones por las cuales a una persona le cuesta aprender a aceptar un halago: Temor a que lo vean como alguien pretencioso, necesidad de cambiar lo positivo por algo neutral, tener una muy baja autoestima, padecer de una falta de asertividad social, desconfiar de la persona que alaga o sentir el deseo de realzar la imagen propia.
Debido a estas razones, e incluso otras menos comunes, quien escucha el halago puede sentirse estresado o mal al recibirlo.
Entonces, ¿Cómo responder a los elogios de la forma más natural y correcta? Veamos 6 consejos para aprender a controlar la situación:
1. Responder con un simple agradecimiento
Lo ideal es responder con un “gracias o “te lo agradezco” de una forma sincera y auténtica, sin añadir o justificar absolutamente nada. La mayoría de las personas que ofrecen un halago, solo esperan su aceptación y agradecimiento, así que no les debemos nada más.
2. Cuidar el lenguaje no verbal
Si nos cuesta emitir un gracias, por lo menos debemos mirar a la persona quien nos ha halagado y darle un firme apretón de manos un abrazo fuerte. Estos gestos suelen ser mucho más valorados para las personas.
3. Reconocer la contribución
Si se trata de un agradecimiento por un trabajo o actividad bien realizada, no debemos olvidar expandir el elogio hacia las otras personas que lo hicieron posible, de manera que no nos quedemos con toda la parte bonita del halago.
En este caso, ¿Cómo evitar la falsa modestia? Si el elogio lo recibimos en solitario, debemos halagar a aquellos que nos ayudaron, pero que no estuvieron presentes en el momento.
4. Evitar desvalorizar el elogio
Recibir un elogio y desviarlo con un “no fue nada” o “no te preocupes”, puede sentirse como un rechazo directo para la persona que nos ha halagado, y es una muestra irrevocable de falta de asertividad social. Si queremos agregar algo que minimice la tensión, mejor hacer un comentario positivo.
5. No devolver con un halago forzado
Parte de aprender a aceptar un halago está en no hacer la situación mucho más tensa con un elogio devuelto y forzado. Si queremos hacer sentir bien a quien nos ha elogiado, lo ideal es devolverlo en otra ocasión, siempre y cuando sea oportuno y auténtico.
6. Diferenciar los tipos de elogios
Si bien no se debe desconfiar de todos a nuestro alrededor, lo cierto es que hay personas que usan elogios trampa para denotar una carencia nuestra. Debemos aprender a dilucidar la intención tras el halago antes de responder; si es uno con trampa, lo mejor es ignorarlo.
Aunque aprender cómo responder a los elogios no sucede de la noche a la mañana, tampoco es algo imposible. Lo importante es que seamos conscientes de lo que puede sentir la otra persona cuando no respondemos de la forma adecuada, políticamente correcta o que espera tras su elogio.