Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, son unos pequeños animales microscópicos que han demostrado ser increíblemente resistentes y adaptativos. Se cree que pueden sobrevivir a condiciones extremas como la falta de agua, la radiación o la congelación, y se espera que sean de las últimas formas de vida en la Tierra cuando el sol empiece a apagarse dentro de unos cinco mil millones de años.
Pero además de estos superpoderes, los tardígrados tienen otra habilidad que podría ser igual de importante: su capacidad para estabilizar medicamentos sin necesidad de refrigeración. Investigadores de la Universidad de Wyoming han descubierto que la anhidrobiosis de los tardígrados, que les permite entrar en animación suspendida reversible ante la pérdida extrema de agua de las células, podría proporcionar el mismo almacenamiento seco y estable para medicamentos biológicos que, de otro modo, requerirían un entorno refrigerado.
Los productos biológicos, como vacunas, anticuerpos, células madre, sangre y otros hemoderivados, son extremadamente sensibles al calor y necesitan condiciones de frío para mantener su estabilidad y evitar su descomposición. Pero esto puede ser un problema en regiones subdesarrolladas, durante catástrofes naturales, en vuelos espaciales o en el campo de batalla, donde el acceso a frigoríficos y congeladores, así como a electricidad suficiente para hacer funcionar estas infraestructuras, puede ser escaso.
El equipo de investigación de la Universidad de Wyoming ha utilizado una proteína y un azúcar específicos que el oso de agua microscópico produce en la anhidrobiosis para ofrecer al factor VIII, que se utiliza en el tratamiento de enfermedades genéticas como la hemofilia A y las que cursan con traumatismos físicos y hemorragias extremas, unos escudos contra la desecación similares. El estudio demuestra que el FVIII se mantuvo estable durante 10 semanas en su forma tratada, lo que abre la puerta al desarrollo de tecnologías de transporte y almacenamiento que no dependan de la refrigeración para medicamentos que salvan vidas.
En definitiva, los métodos de conservación en seco pueden ser eficaces para proteger productos biológicos, ofreciendo un medio cómodo, logísticamente sencillo y económicamente viable de estabilizar medicamentos que salvan vidas. Esta tecnología no solo será beneficioso para las iniciativas de salud global en zonas remotas o en desarrollo del mundo, sino también para fomentar una economía espacial segura y productiva, que dependerá de nuevas tecnologías que rompan nuestra dependencia de la refrigeración para el almacenamiento de medicamentos, alimentos y otras biomoléculas. Y todo gracias a los osos de agua, el animal más resistente del mundo.