FATIGA EMOCIONAL: ¿Cómo Saber si la padeces y Cómo Superarla?

Uno de los fenómenos más comunes, tanto para jóvenes como para adultos, está relacionado al concepto de fatiga emocional. Saber qué hacer cuando tienes fatiga emocional hace la diferencia entre la superación y el colapso, por lo que hoy hablaremos sobre sus causas y síntomas, y cómo superar la fatiga emocional cada vez que se presente. ¿Quieres saber más? ¡Continúa leyendo!

¿Qué es la fatiga emocional? Causas y síntomas principales

Básicamente, el concepto de fatiga emocional nos explica que se trata de un tipo de agotamiento que se da a nivel mental y emocional a la vez, y que está relacionado con otros trastornos, como el del estrés, de la ansiedad y de la depresión.

Aunque se trata de algo común, existen personas que poseen una tendencia mayor que otras, como las que son altamente sensibles a las emociones ajenas. Sin embargo, nadie está exento de padecer los síntomas de la fatiga emocional en algún momento de su vida.

Ahora bien, las causas de la fatiga emocional pueden ser muy variadas; no obstante, se suele presentar con mayor frecuencia en personas que poseen empleos altamente demandantes en el aspecto emocional. Un ejemplo de ello es el personal de salud y los expertos en rescate. Además, no solo está relacionado al exceso de trabajo; también se relaciona con el exceso de conflictos o responsabilidades.

Dicho esto, para saber qué es la fatiga emocional solo basta con entender que se trata de un estado emocional en el que se ha alcanzado un alto nivel de esfuerzo mental. Gracias a esto, la persona se sentirá saturada y superada, al igual que sucede con el cansancio físico, pero sin poder resolverlo tan fácilmente como en este último.

¿Cuáles son las causas de la fatiga emocional?

Por lo general, el agotamiento mental y emocional aparece cuando la persona tiene problemas al poner límites a lo que entrega a otras personas, por lo que se desgaste muy rápidamente sin recibir la misma cantidad de esfuerzo para revitalizarse. Esto suele verse con mayor frecuencia en ambientes en los que se tiende a auto-exigirse.

Dicho de otro modo, sucede cuando la persona toma responsabilidades que lo empujan a ponerse a sí mismo en segundo plano, por el bienestar de otras personas.

En consecuencia, la persona termina agobiada al intentar cubrir las necesidades ajenas y, al no recibir el reconocimiento esperado, sus capacidades emocionales se ven mermadas. Asimismo, la persona adopta una actitud de autosuficiencia que no corresponde a sus deseos.

Aunque el concepto de fatiga emocional es muy sencillo, los síntomas son los más concluyentes para entender este fenómeno.

¿Qué síntomas de la fatiga emocional son más frecuentes?

Así como las causas de la fatiga emocional son variadas, los síntomas y la forma en la que se expresan también lo son y, por lo general, su expresión es a nivel físico, mental y emocional. Veamos algunos de los más frecuentes y evidentes:

  • Agotamiento físico: La fatiga no solo se expresa en lo emocional, ya que la persona también experimenta un uso desmedido de energía para superar el día a día.
  • Dificultad para dormir: A pesar del cansancio extremo que puede llegar a sentir, presenta diversos trastornos de sueño, ya que su cabeza permanece pensando constantemente en todo y nada a la vez.
  • Pérdida de auto-control: La irritabilidad y la molestia son frecuentes, debido a que experimentan una baja en la tolerancia al estrés. Ademas, son sensibles a las criticas, a la desaprobación y a los conflictos.
  • Desmotivación y desgano: El entusiasmo se pierde y la persona actúa casi en automático, presentando un claro desinterés por la vida en general y sus actividades diarias.
  • Fallas de memoria: Al tener tanta información retenida en la mente es muy fácil caer en la saturación mental y, con esto, es común olvidar cosas, incluso las más importantes, urgentes y normales.
  • Confusión y embotamiento: Confundirse, dejar de prestar atención y dificultad para pensar son 3 síntomas comunes a nivel cognitivo, por lo que la persona experimenta un razonamiento ralentizado.
  • Despersonalizacion: La persona experimenta un tipo de visión en tercera persona, en la que puede verse a sí misma en diferentes situaciones como si fuera un espectador y no el protagonista de su vida.
  • Distanciamiento afectivo: Al estar tan saturado, las emociones que se sienten parece que no tienen profundidad, por lo que la persona comienza a sentir la necesidad de distanciarse de los demás.

Por si fuera poco, la fatiga emocional también puede presentarse con síntomas físicos únicamente. Por ejemplo:

  • Problemas estomacales.
  • Hiperventilación.
  • Temblores y nerviosismo.
  • Sudoración excesiva.
  • Contractura de músculos y mandíbula.
  • Palpitaciones.

Dicho esto, el agotamiento emocional está estrechamente relacionado con el agotamiento físico, aunque se producen por causas completamente diferentes.

¿Cómo superar la fatiga emocional?

Reconocer los síntomas de la fatiga emocional no es difícil; no obstante, muchas personas los confunden o los atribuyen a otras causas más comunes. Por ello, el primer paso es reconocer que experimentamos este agotamiento, para luego actuar en consecuencia.

Los consejos a continuación sobre qué hacer cuanto tienes fatiga emocional son la clave para salir victoriosos:

Realizar una exploración interna

Como dijimos, aceptar que podemos padecer de fatiga emocional como cualquier otra persona es el primer paso; pero para reconocerlo, debemos hacer una exploración interna de las causas o circunstancias que creemos dan paso a este agotamiento.

En muchos casos puede ser responsabilidad nuestra, pero también hay casos en los que este cansancio es debido a las acciones de otros. Asimismo, debemos encontrar la fuente de estrés o las razones por las cuales nos sentimos ansiosos o deprimidos recientemente.

Establecer una rutina de actividad física

Para muchas personas, la actividad física es una excelente forma de liberar la tensión y de relajarse, dándole una salida más natural al estrés y a la ansiedad, sin esforzarse o batallar al extremo.

De esta manera, le damos a nuestro cuerpo y a nuestra mente una forma de eliminar el exceso de carga a través del deporte o del movimiento, mientras nos ejercitamos al mismo tiempo y no permitimos que las preocupaciones ocupen toda nuestra energía.

Desconectar de las preocupaciones

Estar excesivamente conectado a las fuentes de tensión es un problema que no todos saben controlar, por lo que podemos volvernos propensos a llevarnos esas mismas preocupaciones a casa o a la cama a la hora de dormir.

Es importante aprender a desconectar, tanto de las responsabilidades excesivas como de la cantidad saturadora de información. Para ello, podemos usar diferentes soluciones: respiración consciente, meditacion, mindfullnes, etc.

Descansar plena y conscientemente

El descanso es indispensable para lograr una liberación plena de nuestra mente y de las emociones que sentimos día tras día, pero como sabemos, los trastornos del sueño son uno de los síntomas mencionados anteriormente.

Para disfrutar de un sueño reparador es importante dormir las horas que nuestro cuerpo nos pide, además de establecer una rutina de sueño que nos permita programar nuestra mente y que sea más fácil que alcance el sueño sin problemas.

Poner límites y objetivos realistas

De nada sirve planificar una meta codiciosa si en el fondo sabemos que no podremos lograrla, por lo que debemos respetar nuestros propios límites y ponerles límites a otros para que no nos empujen hacia la auto-exigencia. Si podemos delegar actividades que nos superan, es mucho mejor.

Asimismo, es necesario aprender a priorizar las actividades, de manera que no trabajemos nunca bajo presión. Además, decir “no” cuando es necesario, nos ayuda a mantenernos en un estado emocional cómodo.

Cumplir las necesidades propias

Si contamos con necesidades a las que no les prestamos atención o hemos cumplido por nosotros mismos, no podemos pretender cumplir con las necesidades ajenas, ya que esto nos pone inconscientemente en segundo lugar en nuestra propia vida.

Por ello, es indispensable que busquemos el espacio y el momento para ser el protagonista y cumplir con aquellas cosas que necesitamos, queremos y debemos hacer para sentirnos plenos.

Conectar con el presente

Se suele afirmar que la ansiedad no es más que el exceso de futuro, por lo que, para evitarlo, es necesario conectar con el aquí y el ahora. Si estamos en nuestro trabajo, debemos concentrarnos en esas actividades y dejar los problemas de casa a un lado, y viceversa.

De esta manera, no saturaremos de información y responsabilidades a nuestro cerebro, y dejaremos de anticiparnos a cosas que es posible que ni siquiera sucedan.

Practicar técnicas de relajación

No es recomendable poner en un rincón u olvidarse de los problemas y las responsabilidades, fingiendo que no sucede nada malo; al contrario, debemos visibilizar estos conflictos y dedicar tiempo a solucionarlos o transformarlos. Esto no debe exceder más de 15 minutos de tribulación.

Asimismo, debemos usar técnicas de relajación muscular, técnicas de cambio de foco o de reestructuración de la imaginación y técnicas de respiración; todo esto ayudará a eliminar las tensiones físicas, emocionales y mentales, y son una buena alternativa para las personas a las que no les va bien el ejercicio.

Planificar las actividades diarias

Cuidar de nosotros mismos no solo es darnos una ducha caliente o comer sanamente, también incluye la planificación de actividades de la jornada diaria, ya sea a nivel personal como a nivel laboral. No es necesario caer en la auto-exigencia, es mejor buscar ser equilibrados entre las responsabilidades y no tomar más de lo que realmente podemos hacer.

Dicho esto, la planificación también debe contar con momentos de ocio y de descanso, de manera que la mente y el cuerpo se liberen poco a poco de la tensión.

Hacer terapia psicológica

En el caso de que los síntomas nos superen y no hallemos una solución siguiendo los anteriores consejos, no debemos entrar en pánico, ya que tenemos la terapia psicológica como conductor hacia la liberación. El terapeuta podrá darnos herramientas específicas, personales y suficientes para alcanzar la tranquilidad emocional.

Además, en la mayoría de los casos, hablar sobre los problemas que experimentamos es más que suficiente para sentirnos desahogados y en paz, y para descubrir las causas de la fatiga emocional que padecemos, algo en lo que el terapeuta podrá apoyarnos.

La auto-exigencia nos convierte en personas duras y críticas con nosotros mismos, por lo que es importante que seamos conscientes de esta mala actitud y cambiemos el enfoque, respetando nuestro bienestar por encima de todo.

Con estos consejos aprenderemos cómo superar la fatiga emocional sin la necesidad de enfrentarnos agresivamente a las causas y sin mayores consecuencias. Además, saber qué es la fatiga emocional nos permite entender que se trata del resultado natural al querer mostrarnos como una persona que puede con todo y más.

¿Ya sabes qué hacer cuando tienes fatiga emocional? Entonces, no esperes y más vuélvete consciente de tus propias acciones.

Diana Núñez

¡Hola! Mi nombre es Diana, soy Redactor Freelancer desde hace más de 3 años. Me especializo en varios temas, aunque mis preferencias se basan en temas de actualidad. Próximamente estaré en mi propia marca. Conoce más de mi trabajo en mi Portafolio.