Nuestros pensamientos pueden afectar negativamente la salud mental y mantenernos con niveles de ansiedad elevados y duraderos, en especial los conocidos como obsesivos o rumiantes.
Al tener una mayor capacidad de desgaste psicológico, es necesario aprender a manejarlos y controlarlos. Hoy hablaremos sobre los pensamientos obsesivos, sus características y los métodos de control que podemos aplicar. ¡Sigan leyendo!
¿Cuáles son las características y la gestión de los pensamientos obsesivos?
Tener pensamientos desagradables de vez en cuando es algo natural y forma parte de los procesos normales de nuestra mente; el problema radica en el momento en el que estos pensamientos pasan a afectar negativamente la salud mental, ya que son demasiado intrusivos, repetitivos u obsesivos
Aunque no hay forma de evitar que lleguen, ya que suelen aparecer de forma automática y sin previo aviso, sí existen estrategias para controlar los nervios, en especial porque estos pensamientos tienen una mayor capacidad de desgaste psicológico y pueden llegar a entorpecer nuestras actividades.
Esta carga psicológica se debe a que suelen ser pensamientos que nos avergüenzan o que nos hacen sentir culpables, por lo que nos mantenemos en niveles de ansiedad elevados y duraderos, aun cuando se trate de cosas que no podemos resolver o que ni siquiera han sucedido aun.
¿Cuáles son sus características?
Por lo general, se tratan de ideas y opiniones que hacen referencia a algo que nos preocupa o que logra afectar negativamente la salud mental; como nuestras propias debilidades, algún evento del pasado donde consideramos que no hicimos las cosas bien o alguna situación hipotética que nos hace sentir temerosos de que se cumpla.
Debido a esto, nos hacen sentir una gran angustia, miedo, ansiedad y pesimismo al generarse la rumiación psicológica.
Por ejemplo, cuando estamos en espera de un intervención quirúrgica que sucederá dentro de unos cuantos meses, solemos pensar constantemente en ¿Saldrá todo bien? ¿Y qué pasa si algo sale mal? ¿Y si mejor la cancelo?
La diferencia con los pensamientos desagradables, es que los pensamientos obsesivos se mantienen activos por un largo periodo de tiempo, repitiéndose en nuestro subconsciente cada cierto tiempo y apareciendo cuando menos los esperamos, por lo que se vuelven un poco incontrolables.
¿Cómo gestionar los pensamientos rumiantes?
Si buscamos evitar los niveles de ansiedad elevados y duraderos inherentes a la rumiación psicológica, lo ideal es aplicar estrategias de gestión, que nos permitirán un mayor control sobre nuestros pensamientos. Veamos cuáles son:
1. Aceptarlos y no bloquearlos
Aunque parece una idea genial, lo cierto es que si intentamos bloquear estos pensamientos, lo único que lograremos es que se vuelvan mucho mas repetitivos e intensos, empeorando la situación aun más.
Lo primero que debemos hacer es aceptar que estos pensamientos nos pertenecen y provienen de nuestra propia mente, por lo que obsesionarnos con su desaparición no hará que suceda. Además, como cualquier otro proceso mental, posee un objetivo que debemos descubrir.
2. Reorientarlos hacia otra dirección
Al aceptar que estos pensamientos son parte de nuestra psiquis y no tienen nada que ver con un factor externo a nosotros, podemos emplear la reorientación de los mismos o, incluso, de nuestra propia atención.
La ideas es mantener la mente ocupada en cosas que nos generen paz, por lo que debemos tomar un momento para descifrar la raíz de estos pensamientos y darles un nuevo sentido. De esta manera, lograremos debilitar la intensidad de estos pensamientos.
3. Mitigarlos con técnicas de relajación
Una buena forma de minimizar los efectos de la ansiedad de estos pensamientos es usar técnicas de relajación, que nos mantendrán enfocados en limpiar nuestra mente de cualquier estímulo negativo.
Por lo general, las técnicas de respiración son las más recomendadas, ya que permiten entrar en un estado de consciencia y tranquilidad mayor, y permiten aliviar los efectos del estrés.
Si bien existen pensamientos con una mayor capacidad de desgaste psicológico que otros, no quiere decir que no se trate de un proceso mental normal de cada uno de nosotros. Entender esto nos ayudará a ver que no se trata de un ataque directo a nuestra consciencia, sino un mensaje de alerta de nuestro cerebro.